El interés compuesto puede convertirse en una herramienta poderosa o en una trampa de la que muchos no son conscientes. En este artículo, descubriremos cómo funciona realmente y aprenderás a manejar mejor tus deudas para evitar sorpresas desagradables.
El interés compuesto es, en esencia, el famoso “interés sobre el interés”. Se calcula no solo sobre el capital inicial, sino también sobre los intereses acumulados en periodos anteriores.
En el caso de un préstamo, cuando no pagas los intereses a medida que se generan, estos se suman al principal y los intereses. Así, el saldo crece más rápido y terminas pagando un coste total que puede superar tus expectativas si dejas que el sistema actúe sin control.
Para ilustrar el contraste, imagina dos escenarios con 100 € al 10 % anual durante 3 años:
En préstamos, un ejemplo típico de 1.000 € al 3 % durante 2 años con capitalización anual puro genera 60,90 € de intereses, por 60 € en interés simple.
Para calcular el monto final de una inversión o deuda sin pagos intermedios, usamos:
B = P × (1 + R/N)^{N × T}
B: saldo final
P: capital inicial
R: tasa anual en decimal
N: número de capitalizaciones por año
T: tiempo en años
Si solo hay una capitalización anual, se simplifica a:
Capital final = C₀ × (1 + i)ᵗ
Para conocer la tasa efectiva tras n periodos:
r_T = (1 + r)ⁿ − 1
r: tasa por periodo
n: número de periodos
No basta con fijarse en la tasa nominal: la frecuencia de capitalización determina el crecimiento real de la deuda.
Por ejemplo, 1.000 € al 3 % nominal anual con capitalización mensual genera un interés efectivo superior al 3 % puro.
Para comparar créditos, es vital entender la diferencia entre APR y APY:
Un préstamo puede anunciar un TIN bajo pero una TAE muy alta por comisiones y capitalización frecuente. Siempre revisa la APR o la TAE para conocer el coste efectivo del préstamo.
En un préstamo de 1.000 € al 10 % anual durante 5 años sin pagos intermedios, la deuda pasaría de 1.000 € a 1.610,51 €, pagando 610,51 € de intereses, más del 60 % del capital.
Sin embargo, con un sistema de amortización francesa (cuotas fijas), ese coste puede reducirse significativamente, demostrando que compuesto con pagos regulares no siempre es más perjudicial.
Al analizar un préstamo con interés compuesto, debes considerar:
Capital inicial: mayor capital genera más intereses absolutos.
Tasa de interés anual: pequeñas variaciones de tasa provocan grandes diferencias a largo plazo.
Tiempo o plazo: cuanto más largo sea, más se magnifica el efecto del interés compuesto.
Frecuencia de pagos: adelantar cuotas reduce el saldo pendiente y, por tanto, los intereses futuros.
Comisiones y costes adicionales: pueden elevar la APR, encareciendo el préstamo.
Entender el efecto del interés compuesto en tus deudas es clave para tomar decisiones financieras responsables. Analiza siempre la TAE, la frecuencia de capitalización y planifica pagos regulares para que el interés trabaje a tu favor en lugar de convertirse en una bola de nieve.
Referencias