En los últimos años, las operaciones de fusiones y adquisiciones han alcanzado una escala sin precedentes, transformando industrias enteras y redefiniendo el poder corporativo a nivel global. Desde la incorporación de gigantes de la energía hasta la compra de startups de inteligencia artificial, este fenómeno se ha convertido en el motor de una nueva ola de consolidación y crecimiento estratégico.
En los primeros nueve meses de 2025, el mercado global de M&A suma más de 3,1 billones de dólares, un incremento del 35 % respecto al año anterior. Este impulso lo sitúa en camino a superar los 4 billones de dólares al cierre del ejercicio.
Aunque el número de operaciones cayó un 17 % en 2024, el valor agregado de las transacciones creció un 5 %, demostrando que las empresas priorizan megadeals y adquisiciones estratégicas de gran envergadura.
Ejemplos concretos, como el aumento del 7 % en el valor de fusiones y adquisiciones en España, con 35.800 millones de euros transaccionados en 2024, confirman una tendencia global: menos operaciones, pero de mayor impacto financiero y estratégico.
Las siguientes fuerzas convergen para impulsar este auge vertiginoso del mercado:
Las proyecciones para el próximo año apuntan a un repunte continuo en 2025, marcado por megadeals, adquisiciones tecnológicas y un énfasis creciente en criterios ESG.
El 2024 y 2025 han sido testigos de numerosas operaciones históricas:
La actividad M&A presenta matices geográficos definidos:
Este dinamismo incorpora volatilidad cambiaria y regulatoria que puede alterar planes de expansión. Las tensiones geopolíticas, desde disputas comerciales hasta conflictos regionales, añaden incertidumbre.
Además, la inflación y las políticas de tipos de interés condicionan el coste del crédito, afectando la viabilidad de las operaciones más apalancadas. La fragilidad de las cadenas de suministro ante aranceles y barreras impone una cuidadosa planificación.
De cara a 2026, se espera que el interés por operaciones multimillonarias en IA y la compra de activos verdes siga en alza. Los criterios ESG no solo filtran transacciones, sino que añaden valor a largo plazo.
El reacomodo de carteras de private equity, la aparición de nuevos actores en mercados emergentes y la consolidación de gigantes tecnológicos serán protagonistas. La capacidad de anticipar cambios regulatorios y adaptarse a entornos disruptivos será clave para el éxito.
En definitiva, las fusiones y adquisiciones se erigen como el principal vehículo de transformación empresarial en el siglo XXI, reconfigurando el mapa global y trazando el rumbo de industrias enteras.
Referencias