En un mundo lleno de retos sociales y ambientales, las inversiones sostenibles se consolidan como una vía para invertir con conciencia.
Las inversiones sostenibles, conocidas como ISR o ESG, combinan criterios financieros con criterios ambientales, sociales y de gobernanza en cada decisión. Este enfoque busca no solo rentabilidad, sino también un impacto positivo en la sociedad.
Existen diversas categorías dentro de la ISR:
El mercado español de fondos sostenibles ha experimentado un crecimiento destacado en los últimos años. En el primer semestre de 2025, estos fondos aumentaron su patrimonio un 8,5%, alcanzando 159.500 millones de euros, lo que representa el 37,9% del total de fondos registrados.
Para septiembre de 2025, el patrimonio superó los 169.978 millones de euros, con más de 8 millones de cuentas de inversores en productos sostenibles. De los 1.555 fondos registrados en la CNMV, 370 se categorizan como artículo 8 y 21 como artículo 9 del SFDR.
En España, las áreas de inversión preferidas son:
A nivel internacional, cobran relevancia la biodiversidad, la gestión del agua, la salud y el bienestar, la economía circular y la agricultura sostenible. Este enfoque global amplía las oportunidades para inversores comprometidos.
El 84% de las empresas españolas planea mantener o aumentar su inversión en sostenibilidad en 2025, por encima de la media europea. Entre los beneficios percibidos destacan:
Sectores como private equity, tecnología y banca lideran este impulso, con hasta un 90% de empresas dispuestas a fortalecer sus políticas ESG.
La normativa es un pilar para el desarrollo de la ISR. Entre las regulaciones clave se encuentran:
La creación del Consejo Nacional de Finanzas Sostenibles refuerza la coordinación público-privada, impulsando un marco de seguridad jurídica y estandarización.
En el primer semestre de 2025, las carteras ISR obtuvieron una rentabilidad promedio del 0,8%, frente al 1,8% de las carteras estándar. Sin embargo, el análisis histórico muestra un desempeño superior:
Según estudios del NYU Stern Center y Rockefeller AM, el 58% de las investigaciones señalan rendimientos positivos en fondos ESG, reafirmando que la sostenibilidad no compromete el beneficio.
Para impulsar el cambio, los inversores utilizan:
Estas prácticas fomentan la transparencia y credibilidad en el sector, estimulando nuevas oportunidades.
A pesar de los avances, persisten obstáculos:
La medición de resultados de impacto todavía carece de métricas uniformes. Además, algunos productos muestran periodos de rentabilidad inferior frente a carteras convencionales en fases de mercado bajistas.
La preocupación por el greenwashing obliga a reforzar la regulación y mejorar los sistemas de verificación, garantizando que cada fondo cumpla con sus promesas de sostenibilidad.
Se espera un crecimiento moderado pero sostenido en los próximos años. Bloomberg Intelligence indica que el 85% de los profesionales confía en el aumento del volumen de activos ESG.
Para 2026, grandes gestoras aspiran a que el 95% de sus carteras cuenten con calificación ESG. Este horizonte consolidará la ISR como estrategia habitual en productos de ahorro e inversión.
Invertir con propósito es más que una tendencia: es una respuesta a la urgencia climática y social. Al combinar rentabilidad financiera con beneficios para el planeta y la sociedad, las inversiones sostenibles demuestran que el éxito económico puede ir de la mano con el bien común.
Referencias