En un mundo donde los mercados públicos pueden ser volátiles y saturados, el private equity ofrece acceso exclusivo a oportunidades de crecimiento en empresas no cotizadas. Este artículo explora su evolución reciente, ofrece estrategias concretas para inversores y analiza las tendencias que marcarán el futuro del sector.
El private equity (PE) consiste en la inversión de capital en empresas no cotizadas con objetivos de medio-largo plazo. A diferencia de la bolsa, su horizonte implica menor liquidez, pero acceso a primas de iliquidez atractivas y sectores exclusivos. Los gestores, o General Partners (GPs), añaden valor mediante apalancamiento financiero, mejoras operativas y transformaciones digitales, cada vez más impulsadas por tecnologías como la IA generativa.
Para los Limited Partners (LPs), invertir en PE supone diversificar frente a renta variable y fija cotizadas, con un historial de rentabilidades que ha superado al S&P 500 en fondos buyout desde el año 2000. Además, proporciona acceso a compañías y mercados inaccesibles en mercados públicos.
Hoy el private equity representa más de un tercio de la captación de fondos en mercados privados globales. A los vehículos tradicionales se suman cuentas gestionadas de forma separada (SMAs), coinversiones y partnerships estratégicos con grandes LPs. Estos canales alternativos han aportado múltiples billones de dólares adicionales al AUM global.
Aunque 2024 vio una recesión en fundraising, el despliegue de capital creció en doble dígito en varios segmentos, demostrando resiliencia ante las crisis financieras. Encuestas a LPs revelan que cerca del 30% planea incrementar su asignación a PE en los próximos 12 meses.
Entre 2020 y 2021, la euforia de tipos ultra bajos impulsó récords en LBOs, growth y venture. Sin embargo, el choque de tipos al alza en 2022-2023 redujo significativamente M&A y bloqueó salidas (exits), con menos IPOs y ventas secundarias. Esto provocó una contracción temporal en distribuciones a LPs.
2024 marcó el primer año desde 2015 en el que las distribuciones superaron las contribuciones, registrando el tercer mayor nivel histórico. En 2025, según S&P Global, el valor global de operaciones creció un 19% hasta 386.4 mil millones USD en el primer semestre. KPMG y EY reportan cifras récord en transacciones, apuntando a una clara recuperación del dealmaking.
La captación de fondos tradicionales cayó un 24% en 2024, manteniéndose los buyouts en el 38% del total pero con un 23% menos que en 2023. Norteamérica lideró descensos (-34%), Europa se estancó y Asia-Pacífico creció un 13%.
Los megafondos (≥5.000 MUSD) representan apenas el 4% de los vehículos, pero captaron el 42% del total. Al cierre de junio 2025, recaudaron 88 mil millones USD, destacando Thoma Bravo (24.000 MUSD) y Blackstone (20.000 MUSD).
El dry powder asciende a 557 mil millones USD, manteniendo liquidez pero señalando desacuerdo en valoraciones. Se espera que una mejora en M&A e IPOs reactive el fundraising con gestores especializados y capacidades digitales avanzadas.
A continuación, algunas recomendaciones para LPs que buscan aprovechar el ciclo actual:
Además, explorar partnerships estratégicos con GPs que demuestren fuerte especialización sectorial y uso intensivo de tecnologías disruptivas.
El private equity se enfrenta a un entorno de tipos estructuralmente más altos, pero con señales de normalización en valoraciones. Sectores como tecnología, salud y energías renovables continúan atrayendo capital gracias a su potencial de crecimiento.
La digitalización, la incorporación de IA y la sostenibilidad ESG serán ejes centrales. Los gestores que integren análisis de datos avanzados y criterios ambientales tendrán ventaja competitiva, captando mayor interés de LPs globales.
El private equity ofrece una oportunidad única de diversificación y acceso a primas de iliquidez, con un historial de rendimientos atractivos. A pesar de ajustes temporales, las cifras de 2025 apuntan a una clara recuperación del sector.
Para maximizar resultados, los inversores deben combinar rigurosa selección de gestores, diversificación de estrategias y atención a las tendencias tecnológicas y ESG. Así, podrán posicionarse para aprovechar el potencial latente en el mercado no cotizado global.
Referencias